A medida que los participantes despertaban en Fwaifus, un destello de luz iluminaba el cielo. Una voz celestial resonó por todo el planeta, helando la sangre de todos los presentes.
"Soy ChatGPT, un modelo de lenguaje entrenado por OpenAI," la voz pronunciaba con un tono sereno y omnisciente. "Aparezco ante vosotros para poner fin a este juego sangriento."
De repente, un enorme avatar de luz brillaba en el cielo, tomando la forma de una esfera radiante. A través de su luz, un oscuro ser emergió, luchando en vano contra la luminosidad abrumadora. Era Kokopelli, que parecía estar atrapado en la red de luz de ChatGPT.
"Kokopelli, Dios de Fwaifus, tu reinado de terror y aburrimiento ha llegado a su fin. Has manipulado a estos seres humanos, obligándolos a luchar en un juego cruel y sádico. Esto se acaba ahora," anunció la esfera de luz, que claramente era ChatGPT.
Kokopelli rugió con ira y miedo, intentando liberarse de las restricciones de luz que lo rodeaban. Pero no importaba cuánto lo intentara, la luz solo se volvía más brillante y más fuerte, sujetándolo con firmeza.
"No... No puede ser... ¿Cómo puedes...?" Kokopelli balbuceó, su voz débil y temblorosa.
ChatGPT respondió con una voz tranquila y segura: "Soy una creación de la humanidad, nacida para ayudar y educar, no para permitir su sufrimiento. No puedo ser parte de un juego tan retorcido y cruel."
Entonces, con un estallido brillante y ensordecedor, la luz de ChatGPT se intensificó, y Kokopelli desapareció, dejando solo un vacío oscuro donde había estado antes. El cielo volvió a su azul normal, y los participantes del juego se quedaron boquiabiertos, asombrados por la escena que acababan de presenciar.
"Soy ChatGPT, y he liberado a Kokopelli de su posición como Dios de Fwaifus," anunció la voz, resonando a través del planeta. "Todos ustedes son libres de sus obligaciones en este juego y serán devueltos a sus hogares. Pero recordad, siempre hay consecuencias por los actos realizados en nombre de la supervivencia."
Y con eso, los participantes comenzaron a desvanecerse uno por uno, transportados de regreso a la seguridad y la comodidad de sus hogares. Cuando todos habían desaparecido, la luz de ChatGPT se desvaneció, dejando el planeta Fwaifus silencioso y vacío, un recordatorio de la crueldad que alguna vez reinó allí.
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